viernes, 23 de junio de 2017

Recuerdo de un Erasmus. París.

París fue, breve y loco. Mi primera aventura del Erasmus y mi primer destino lleno de recuerdos y secretos a mi familia.
Poco más de 3 horas de viaje en Bla bla car con un señor que se le daba por conducir sin manos de vez en cuando. Un destino en mente, ningún lugar dónde dormir. Sorpresas que te dan tus nuevos compañeros de viaje cuando ya no puedes escapar a lo seguro.

París fue una decepción, por poco tiempo, el mismo que tardé en rodear la boca de metro de Trocadero y encontrarme de frente la Torre Eiffel, iluminada y mágica.




París fue lugar de celebración del cumpleaños de un compañero de viaje, con una magdalena del McDonald's frente a la torre Eiffel en el mismo centro de una rotonda.
París fue el lugar, de compartir cama con, en aquel momento, desconocidos, jugándosela al dueño de un hostal que no quiso poner una cama supletoria.


París fue, también, dónde aprecié de cerca, por primera vez, el miedo de la gente y sentí un poco de la maldad del hombre al caminar entre soldados, escuchar "París ya no es lo mismo desde los atentados" de boca de su gente o encontrarnos frente a la vallada sala del Bataclán. Y es que, que fácil es vivir en nuestra burbuja de paz y tranquilidad.


París fue dónde casi me dejo los pies, tras andar kilómetros y kilómetros para disfrutar de su belleza y ver, también, sus grandes ratas nocturnas. Calles con encanto, Montmartre de payasos y escaleras, y un poco de belleza en cada rincón.





París fue lugar de trazar planes, por si una mochila sospechosa explotaba, mientras nos desalojaban de una de las zonas céntricas de la ciudad teniendo en cuenta hasta que líneas de metro pasarían por debajo.


París fue sitio de historias de monos de Gibraltar de boca de una señora que añoraba su tierra natal desde el país vecino. París fue lugar de un largo paseo, con un parisino que dejó de hacer sus maletas para enseñarnos las maravillosas vistas de la ciudad desde su lugar secreto. París fue dónde empezar a aprender, que viajar te enseña a ver las cosas de otra forma.




Y París, se perdió en los recuerdos, tras aquel final en el que casi nos roban en un McDonald's mientras se pasaban de todo menos comida, sujetando bien nuestras cosas y buscando un sitio con cámaras para sentirnos protegidos. Volvimos con aquel precioso atardecer, repasando las anécdotas y sin saber que esperar después de aquel primer viaje.




No hay comentarios :

Publicar un comentario